"Buenos días, gente, me confirman desde la Embajada de España que ya está todo en marcha y que empezaremos en Los Ángeles, para continuar con la gira por América del Norte..." Faltan menos de 24 horas para el inicio de nuestra lectura, y Andrés desde Nueva York se está comunicando con Andrea, Gloria, Gabriela y Esteban, uruguayos de Los Ángeles, Miami, y Montreal, que se han organizado para colaborar de forma sucesiva y por skype con nuestra Quijotada. No son los únicos. Desde Auckland, en Nueva Zelanda, Mirtha, uruguaya responsable de una biblioteca hispana, junto con su hija Carolina que celebra su cumpleaños el mismo 26 de mayo, serán nuestras Dulcineas transoceánicas. Y mientras tanto, Cala, uruguaya de 16 años, criada en Solymar, pero residiendo en España desde hace años, se prepara para los primeros párrafos de la lectura, que leerá junto con Ana, niña española residente en Montevideo.
Y de esta manera vemos con emoción como los quijotescos no conocen fronteras, el amor a la aventura literaria está en todas partes, y los uruguayos la llevan consigo allá donde residen. Tampoco conoce de horarios: tenemos ya varios noctámbulos apuntados para las horas de madrugada, y entre ellos varios trabajadores nocturnos: policías, bomberos, trabajadores de Cutcsa, un funcionario desde el aeropuerto de Carrasco...
Ni idiomas: aparte de nuestros compatriotas que leerán en gallego y catalán, tendremos nuevamente lectores en francés, italiano, portugués, inglés, hebreo, afrikaans... ¡y nuevas lenguas: amarico, japonés y chino!
Y tampoco se para ante las discapacidades: de nuevo lectores invidentes pasarán sus manos sobre textos en Braille para participar como uno más de nuestra lectura.
Ya estamos preparados, nerviosos, emocionados, deseando que todo empiece... porque ya sólo nos hace falta, como bien dice Andrés desde Nueva York "voz clara, y si no, ¡caramelitos de miel y guaco!...
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